Vivimos
en una sociedad en la que todavía quedan resquicios del machismo que una vez
experimentamos, podemos ver las distinciones que se hacen tanto en el trabajo
como en el hogar entre la mujer y el hombre. En la actualidad las agresiones
por diferencia de género son menores que en el pasado, somos más conscientes,
podemos entender lo cruel y despiadado que es tratar así a una persona por lo que
luchamos contra ello, pero esto no implica que los maltratos hayan
desaparecido.
Las
que sufren este tipo de violencia no pueden creer que la persona a la que aman
quiera de verdad hacerles daño, le perdonan e intentan fingir que no ha
ocurrido nada, aguantan todo el dolor, lo esconden y con los ojos vendados se
sientan a esperar que la tormenta amaine. Desean con locura que nadie descubra
esa horrible historia de terror que están viviendo y que todo quede en el
olvido.
El
problema es que estas víctimas no se dan cuenta de que quedarse ahí sentadas
sin hacer nada no dará resultado. Cada vez que las griten o las agredan el
dolor lo único que hará será crecer, pero siguen negándose a creerlo. El
sufrimiento es un sentimiento que no muchos conocen, se apodera de ti, te
devora, corroe tu alma, sientes cómo te va matando poco a poco por dentro,
quieres detenerlo pero no encuentras el modo de hacerlo. Ahí surge la
desesperación. Llega un momento en el que ni las lágrimas logran apaciguarte.
Tienes
miedo, estás dolida, desesperada, perdida… en alguna ocasión piensas que quizás
lo mejor es dejar que alguien te ayude, pero el recordar los golpes de tu
compañero desgarrando tu piel y sus gritos retorciendo tu alma te paraliza.
Sabes que si lo descubre la situación empeorará y la pesadilla llegará a ser
aún más insufrible. Por más que buscas no encuentras la salida; te sientes
débil y la soledad se apodera de tu corazón.
Nosotros
tenemos que luchar por todas estas personas, debemos hacerlas ver que sí pueden
contar con nuestra ayuda, que las guiaremos hasta esa luz que tanto ansían y
que no tienen por qué seguir escondiéndose. Las sombras de esas viviencias
seguramente las perseguirán el resto de su vida, pero con apoyo y optimismo
todos esos dolorosos sentimientos pueden hacer que en un futuro se sientan más
fuertes y con ganas de vivir.
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