Los lectores: amantes de la
palabra escrita, intelectuales, investigadores de mundos… podríamos encontrar
varias maneras tan hermosas como las anteriores de definir a estos individuos,
pero la sociedad actual no lo ve de esta manera. Para la mayoría son marginados
sociales, personas antisociales que se mantienen ocultas en las sombras; en la
adolescencia nuestros congéneres nos hacen pensar que somos extraños ¿Es normal
que te guste quedarte en tu casa leyendo un nuevo libro o irte al banco del
parque con tu relato favorito y sumergirte en él durante horas bajo los cálidos
rayos del sol? Para nosotros (los lectores) sí, pero los demás creen que lo que
deberíamos estar queriendo hacer es irnos de fiesta con nuestros amigos durante
toda la noche o sentarnos en un descampado para emborracharnos y criticar a
todo aquel que esté en nuestro punto de mira. Te marcan de tal modo por no tener
gustos similares a los suyos que consiguen hacerte daño, llega un momento en el
que te crees lo que te están diciendo; piensas ¿De verdad seré un bicho raro?
Debe de ser así porque no conoces a nadie que le guste leer. Durante años
personalmente pensé que nuestra sociedad estaba perdiendo esa costumbre tan
maravillosa, me avergonzaba pasar a una librería y ver que era la única chica
joven que buscaba libros; ahora sé que no debería de haber sentido aquello, y
no sólo porque había más chicos como yo escondiéndose de los ojos prejuiciosos
que nos rodeaban, sino porque esa gente es la que debería sentirse avergonzada.
Ellos desconocen el encanto que los envuelve; no conocen el cosquilleo que te
produce el tacto de la portada de un libro que te ha hechizado, el olor a nuevo
de uno que has estado esperando con impaciencia, la expectación y la euforia
que te produce encontrar y tener un nuevo mundo en las palmas de tus manos, la
emoción que te embarga cuando tu dedo índice se prepara para pasar a la
siguiente página en busca de la continuación de esa historia… Podría pasarme
horas hablando sobre los placeres que produce la literatura, pero no tenemos
tanto tiempo.
La cruda realidad es que en la
sociedad lideran aquellos que etiquetan a los lectores como empollones, los
apartan, los ven débiles por lo que marcan su territorio utilizándoles como
ejemplo para los demás. La ironía en todo esto es que, seguramente, si todos
los amantes de la lectura saliéramos a la luz, podríamos contra los opresores
porque somos más de lo que incluso nosotros mismos creemos; podríamos juzgarles
tanto como hacen ellos, podríamos llamarles ignorantes, iletrados,
analfabetos… cualquier término hiriente
que estuviera relacionado. El problema es que no lo hacemos ¿Por qué? Ni yo
misma lo comprendo, quizás porque no lo pensamos de verdad y no vemos la
necesidad de lanzar palabras vacías a unos oídos que ni siquiera nos van a oír,
también es cierto que solemos ser más introvertidos y pacifistas que los demás
por lo que meternos en controversias no nos llama la atención.
El caso es que preferimos quedarnos
en silencio, algunos se apartan y otros simplemente ocultan su afición, pero,
al final, hacemos simplemente lo que se espera de nosotros, mantenernos en las
sombras.
Es muy triste porque haciendo
esto les estamos dando la razón, pero ¿Qué otra cosa podemos hacer? Pues
podemos aprender, no paramos de leer relatos en los que el protagonista se
enfrenta a todos los problemas que se le presentan sin ceder ante ellos, si
dichos personajes pueden ¿Por qué no nosotros? Gracias a nuestra afición
tenemos más facilidad para resolver determinadas situaciones, nuestra mente es
ágil y se demuestra en más casos de los que os creéis. En realidad lo único que
sucede es que los libros les intimidan por culpa de los colegios (que no digo
que sean malos, pero el verte obligado a estudiarlos y a examinarte de ellos
hace que se forme cierta repulsión); demostremos que no todos son amenazantes,
enseñemos que los libros pueden transportarnos a otros mundos distintos y
mejores; quizá, cuando hagamos esto, los lectores puedan volver a darse a
conocer, puede que en un futuro podamos dejar de ser los marginados y
convertirnos en un grupo más de la sociedad.
Tienes razón en que hay más lectores de lo que parece. Hasta hace algunos años quizá era verdad eso de que estaban más en la sombra, pero Internet ha servido para sacarlos a la luz, reunirlos y crear comunidad. Sería imposible hacer un recuento de las páginas, blogs, cuentas en redes sociales, foros, etc. que se centran en los libros, la lectura y la literatura.
ResponderEliminarLa sociedad la lidera el dinero, no los libros y la cultura, pero la lectura es lo que ha hecho avanzar el mundo, a través de pensadores, filósofos, científicos, literatos. Las grandes revoluciones sociales, culturales, científicas, artísticas han nacido de personas que leían. Los lectores son los que hacen que el mundo avance. Este detalle es bien sabido por los que tienen el poder y ya se encargan de silenciar o ensalzar a aquellos que les interesan.
De todas maneras no creo que haya que plantearlo como un enfrentamiento entre los que leen y los que no leen. Cada uno es libre de elegir. Leer por sí mismo no nos hace ni mejores ni peores personas. Sí que es verdad que ofrece una serie de ventajas (algunas de las que has dicho y otras que se me ocurren).
Yo, como profesor de lengua y literatura, estoy precisamente en el lado de aquellos que tienen que fomentar la lectura y al mismo tiempo enseñar literatura y examinarla. No es fácil, pero tampoco es imposible. Gracias a Internet he visto que hay muchísimos adolescentes que leen y estoy seguro de que en muchos casos el placer de leer puede transmitirse, contagiarse. En eso estamos.
Un saludo.
Es cierto que en el mundo de la educación,los alumnos cuya afición es la lectura se les excluye del grupo porque eso no se lleva, se llevan otro tipo de cosas las cuáles les hace sentirse más mayores e importantes. Esto hace un daño excepcional a los jóvenes que tienen otra visión de su pequeño mundo distinto al que impone su pequeña sociedad que es su clase, su colegio y que es un reflejo de lo que hay fuera. Estadísticamente en cada clase hay 1,2 o 3 niños como mucho que se sienten diferentes por que les gusta leer y para ellos es un entretenimiento. Y como todo en la vida la mayoría siempre gana aunque no sea lo mejor y lo peor no es esto si no la falta de respeto y de empatía. Nidia estoy totalmente de acuerdo en lo que dices y Ojalá sirva de reflexión
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