martes, 11 de abril de 2017

El cumpleaños de una hadita.



En nuestro mundo lo más normal es que nos fijemos en los personajes públicos que están más de moda para decidir qué sendero queremos tomar.

Dependiendo de nuestros gustos o aficiones nos ponemos como objetivo convertirnos en la siguiente Jane Austin o en el siguiente Fernando Alonso. Por supuesto esto no es algo malo, no pienso decir que soy diferente porque no lo soy; pero al final se quedan en metas idílicas. 

Queremos conseguir lo mismo que ellos, incluso en algunas ocasiones, defender los valores que ellos tratan entre sus páginas.

Pero ¿Quiénes son las personas que están realmente a nuestro lado y nos enseñan los posibles caminos que podemos tomar? ¿Quiénes son los que te dan el valor o la fuerza que necesitas para perseguir tus sueños? ¿Quiénes son los pilares que te invitan a defender unos ideales o que nos enseñan la persona que podríamos llegar a ser?

Normalmente es alguien que ha estado a nuestro lado incluso en los momentos en los que lo hemos rechazado. Los que te han visto débil y vulnerable y, en vez de huir, te han protegido bajo su ala.
En definitiva, son personas que, por mucho daño que las hagamos o por mucha distancia que pongamos entre nosotros, ellos siempre nos van a defender y nos van a querer.

En mi caso, sin duda alguna, una de mis mayores influencias ha sido mi madre.
Ella es la luz que me guía cuando me siento perdida, la voz que me recuerda que no puedo darme por vencida y las manos que me acarician y me  regalan todo el amor que necesita mi corazón.

Hay personas que tienen ángel y mi madre sin duda es una de ellas. Un aura pura y buena la envuelve. Purifica, calma y llena de vida a las personas que lo necesitan. 

Algunos dicen que es como una hadita, y yo no soy quién para llevarles la contraria.

Yo sé que no hubiese llegado hasta aquí sin ella, que muchas de las decisiones que he tomado han sido porque ha estado a mi lado.

Los colores que me rodean se vuelven más brillantes cuando sonríe, y es en esos momentos cuando pienso que el mundo tiene mucha suerte de contar con su presencia. 
No muchos tendrían la fuerza necesaria para poder soportar toda la carga que lleva sobre sus hombros y encima aumentarla al escuchar y ayudar a aquellos que están sufriendo. Pero mi madre no sólo lo hace si no que, además, nos sigue alentando con ese calor mágico que desprende con una simple mirada.

Sin duda mi madre es especial.

Así que mamá, GRACIAS.

Gracias por todo lo que me has dado, por estar a mi lado, por enseñarme a nunca rendirme, por inculcarme unos valores que protegeré el resto de mi vida, por soportarme en los peores momentos y por darme la fuerza para seguir adelante y ayudar a todos aquellos que me lo piden.

GRACIAS, mamá, por que sin ti, yo no sería quién soy. Yo no sería NIDIA.

Hoy es un día muy especial, porque es el día en el que el destino le regaló al mundo tu presencia. Así que también se lo agradezco a él por dejar que seas mi madre :)

¡MUCHAS FELICIDADES MAMÁ!
Te quiero.
 



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