El despacho del director era una sala bastante
sencilla, la verdad era que Ollie se la había imaginado de otra manera, sin
embargo aquel lugar seguía imponiendo, estaba lleno de sentimientos de grandeza.
El hombre de negro se había posicionado detrás de
la mesa presidencial y las jóvenes se sentaron delante de su
mayor y corpulento director. Las dos estaban algo nerviosas, estar en aquel
lugar no solía significar nada bueno, sobre todo para Kaila que no era su primera
visita.
El director entrelazó sus dedos:- Bueno chicas, os
estaréis preguntando por qué estáis aquí-.
Ollie comenzó a mirar todas las condecoraciones
que había en una vitrina de cristal que había a su lado:- Pues algo así-.
-Yo fui en mi juventud parte del ejercito
¿Sabéis?-.
Kaila se recostó en la silla:- Teníamos una idea-.
-Entonces tenéis que saber que acabáis de conocer
a uno de mis compañeros-.
Las dos abrieron exageradamente los ojos:- ¿Va en
serio? ¿No nos estaba mintiendo?-.
El director las examinó, interesado:- Pues sí, me
ha enseñado su identificación, no es del ejército, pero sí pertenece a un
sector de la policía ¿Por qué motivo no iba a ser cierto?-.
-Es que nos ha dicho algo un poco… incoherente-.
Intentó decir sutilmente Ollie.
-Nos quería reclutar, en Madrid no se reclutan
niños, bueno, ni en Madrid ni en ninguna parte-. Soltó Kaila.
El director comenzó a asentir:- Y ¿Por qué lo veis
tan raro?-.
Kaila se quedó pensativa:- Bueno, porque…-.
-¿Está insinuando que es verdad lo que nos ha dicho?-.
La interrumpió su hermana.
El director lanzó una mirada significativa a aquel
hombre:- Las cosas están cambiando, ha habido nuevos descubrimientos y vosotras
formáis parte de todo ello. Habéis estado siendo vigiladas y habéis sido
puestas a prueba, vuestro talento supera con creces a los de muchos otros y el
mundo os necesita en este momento-.
Ollie se recostó en el respaldo de su asiento:-
¿Lo está diciendo en serio, señor?-.
-Debéis transferiros a un instituto donde seréis
entrenadas, allí conoceréis a gente como vosotras y podréis ayudar a la vez a
toda la humanidad, sólo necesitamos la autorización de vuestros padres-.
Kaila se mantenía con la boca abierta, pero Ollie
se levantó de su sitio; su vista permanecía clavada en el suelo, se sentía realmente
engañada ¿De verdad creían que iba a caer en una trampa tan vulgar como
aquella? Se sentía ridiculizada.
-Miren, no sé por qué están haciendo esto pero no
me hace gracia, en absoluto, ni siquiera me gusta pelear, como ha dicho muchas
veces mi hermana soy pacifista; así que si me disculpan no voy a soportar más
que nos ridiculicen de esta manera-.
El director la imitó y se levantó:- Señorita Vega…-.
Sin embargo ella no permitió que la volviese a
amenazar:- Si nos disculpa nos tenemos que ir a estudiar, que tengan un buen
día-. Miró a su hermana:- Vámonos Kaila-.
Ella obedeció y se levantó de su asiento, pero
antes de seguirla se volvió hacia ellos y, mientras fruncía el ceño, dijo:- Al
principio ha sido divertido pero os habéis pasado, no tenéis ni idea de lo mal
que lo pasó de pequeña mi hermana con este tipo de bromas, os habéis comportado
como unos verdaderos imbéciles-. Y dicho aquello cerró la puerta de un golpe y
les dejó a los dos adultos en aquella sala.
El hombre de negro se apartó del escritorio de su
compañero y se acercó a la ventana.
El director le miró:- ¿Qué piensas hacer ahora?-.
-Recurrir a mi última esperanza, pero para ello
necesitaré tu ayuda-.
-No hay problema-. Miró la puerta por la que
habían salido las chicas:- Siempre había sabido que eran especiales, las echaré
de menos, habían subido el estatus de nuestro instituto-.
El hombre de negro no le dijo nada, la verdad es
que no podía decir mucho ante aquella provocación, por lo que el director
siguió hablando:- ¿Está seguro de que son las indicadas? No parecen demasiado
fuertes, además es demasiada responsabilidad para unas jovencitas como ellas-.
El hombre se alejó de la ventana y comenzó el
recorrido hacia la salida:- No estarán solas, no son las primeras en ser
reclutadas; además…-. El hombre agarró el picaporte:- Las apariencias engañan,
pueden parecer débiles pero son las chicas con más potencial que hemos
encontrado, no podemos dejar pasar una oportunidad como esta, el enemigo
también anda tras este tipo de jóvenes, no podemos consentir que ellos se
queden con estas dos superdotadas-.
El director suspiró:- Está bien, supongo que
vosotros sabéis lo que estáis haciendo-.
En el rostro del desconocido hombre se dibujó una
sonrisa:- Tendría que saber, señor, que todo este proyecto comenzó con usted-.
El director se extrañó:- ¿Conmigo?-.
-Digamos que no se nos hubiese ocurrido este
proyecto si usted no hubiese salvado a aquel joven hace años, al decir que
parecía no ser humano por sus capacidades comenzamos a investigar-. El director
intentó contestar, pero no tuvo la oportunidad:- Que tenga un buen día señor-.
Y dicho aquello se fue de aquella estancia.
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