Guardianes, el relato de hoy voy a dedicárselo a una chica muy especial que está pasado por un momento bastante duro. Vamos a darle todo nuestro apoyo para que vea que no está sola y que puede superarlo ;)
Llorando,
estaba llorando, pero ¿Cuándo había empezado? Ni siquiera me había enterado.
Creo que era la primera vez que me dejaba llevar por mis emociones desde que me
adentré en aquel campo de batalla.
Me
enjugué las lágrimas y tiré el mechero al suelo. Lo había apretado con tanta
fuerza que había conseguido hacerme un par de rozaduras en la palma de la mano ¿En qué demonios había estado pensando? ¡Había perdido completamente la
cabeza! Esa no era yo, y por culpa de ese demonio que controlaba mi alma casi
cometo la mayor estupidez de mi vida.
El
dolor me había cegado completamente, el verme sola librando aquella feroz
batalla me había frustrado demasiado. Había comenzado a olvidar quién era
realmente; la persona había comenzado a ser absorbida por el soldado, siempre
alerta, a la defensiva y preparada para el ataque en cuanto percibiese
cualquier movimiento sospechoso por parte del enemigo. En eso se había
convertido mi día a día.
Mis
compañeros habían ido desapareciendo poco a poco, unos pocos habían sido
abatidos, otros habían decidido abandonar e intentar olvidarse de aquella
masacre física y mental y algunos, al creer que estaban en el bando perdedor,
decidieron unirse al enemigo. Los únicos que quedaban a mi lado me parecían
fantasmas, seres que podían esfumarse en cualquier momento. Cada palabra, cada
movimiento... tenía que tener cuidado incluso en mi propio territorio por si
decidían abandonarme ellos también.
Estaba
tan atrapada por aquella pesadilla, por esos endemoniados y desesperados
sentimientos, que no había sido capaz de ver la salida que se abría poco a poco
delante de mis ojos. Había tenido que llegar al límite para darme cuenta de que
me estaba desviando de mi camino.
¿Qué
había pasado con todos mis sueños? ¿Con todo aquello que me hacía sonreír en
los momentos que no me encontraba bien? ¿Lo que me gustaba hacer cuando tenía
tiempo libre? Bailar, escribir, quedarme en la cama hasta la una de la tarde
todos los domingos por la mañana... eso era lo que quería hacer. Necesito
reencontrarme con esa persona, olvidarme de la guerra y seguir adelante, lo que
viví en ella me marcará, seré diferente de la chica que fui antes de eso, lo
sé, pero eso no quiere decir que no pueda volver a ser feliz. Sé que lo volveré
a ser, no todo se resume en esa época tortuosa de mi vida, hubo más antes
de ella y habrá más después, seguro que habrá problemas, pero estoy convencida
de que también me esperan cosas muy buenas. Tengo un futuro brillante por
delante así que, por mucho que intenten destruirme, no lo van a conseguir.
Preciosa,
no dejes que ellos te venzan, eres una persona increíble y estoy segura de que
vas a conseguir todo lo que te propongas. Has tenido que pasar por un infierno
y es normal que a veces creas que no tiene solución, que tú no la tienes, pero
yo sé que vas a conseguir superarlo y que te vas a querer tal y como eres. No
cambies sólo por los celos o el mal corazón de unas pocas personas, tienes a
más gente de la que piensas que te quiere a tu alrededor, déjate ayudar,
apóyate en ellos. Es su opinión la que te tiene que importar y no la de
aquellos que se divierten a costa del sufrimiento de los demás. Así que lo
único que tienes que hacer es aprender de lo que has vivido y disfrutar cada
segundo que pase, haz lo que te guste, cualquier cosa que te haga sentir bien.
Grita, sal, viaja y encuéntrate a ti misma porque, al final, eso es lo que
importa.
El día que te conocí pude ver algo de lo que ni siquiera eres consciente, tienes un ángel a tu alrededor, un aura distinta que refleja lo especial y lo buena persona que eres. No dejes que esa luz se apague, puedes hacer grandes cosas, así que cierra los oídos y olvídate de esa parte contaminada del mundo, simplemente despliega tus alas y vuela.
Ya
sabes que para lo que necesites aquí me tienes, yo voy a seguir a tu lado.